17 de enero de 2012

Breve guía para recomendaciones de cine

Por Ecaos

Estoy convencido que soy mala persona. Malo de maldad. Y es que me divierto mucho viendo las inseguridades y miedos de la gente. Si a eso le sumamos que en esta época es muy común que vivas pretendiendo ser algo que no eres, pues me encuentro como en buffet. Digo todo esto porque justo ayer alguien -que me parece casi tan divertido como un acta de defunción- me pidió que le recomendara una película –“d’esas que tú ves”, dijo elegantemente- porque quería aprender de cine. ¡Ja! ¡Como si yo supiera mucho!

Entonces me empezaron a pasear por la cabeza una serie de películas que le pudieran hacer la vida miserable y que por puro pretencioso me tuviera que decir que estuvieron buenísimas. Sólo de pensarlo ya me estaba muriendo de la risa.

¿A poco no han sentido a veces un deseo ciego e irrefrenable de fastidiar a alguien que se lo buscó y pasar por inocente porque se supone que lo haces con buena voluntad? Así que me dio por hacer una breve guía de recomendaciones de cine según el individuo que la solicite, y rápidamente me puse a escribirla. Ahí les va. Seleccionen una y hagan la maldad. En serio es inocuo. No es bueno, pero harto divertido.


Para “El genéticamente perfecto

A este espécimen que es el que se siente que lo parieron las hadas, aquel que pasa muchas horas en el gimnasio, y que cree que la belleza física y los músculos son la neta, hay que mandarlo a ver “Leolo”. En esta peli canadiense sale un tipo que por una situación en su infancia decide llenarse de músculos, lo cual le iban hacer que no sintiera miedo, para luego encontrarse con que el miedo se lleva por dentro y poco tiene que ver con la apariencia. Aparte la cinta es tristísima y seguro moqueará y moqueará. Después díganle que lo notan un poco subido de peso, que como que se le ve panza, y habrán conseguido hacer trizas toda su superioridad de plástico.

Para “El hermano de la vela perpetua

Ya saben, aquel que va a misa todos los domingos aunque sea sólo para socializar, apoya frenéticamente al Cardenal Rivera Carrera y es fan de Serrano Limón, hay que enviarlo a ver “En el nombre de dios” o “Padre nuestro”. Con el nombrecito seguro pensarán que también se hacen buenas y piadosas películas, pero se encontrará con una banda de monjas gandallas que madrean a las jovencitas “pecadoras” que cuidan y a curas rabiosos y retorcidos que eran de la misma cofradía del Padre Maciel y de Michael Jackson. Eso sí, seguro querrá hacerte un exorcismo con todo y hojas de pirul, incienso en vara y rociadas de aguardiente con la boca.

Para “El Star Trek del nuevo milenio

¡¡¡Síííí!!! Todos los amantes del Sci-Fi. Que sueñan con naves espaciales y batallas estruendosas en el espacio –Ajá, como se puede dispersar el sonido en el espacio- hay que mandarlos a ver “Solaris”, pero la Tarkovsky, o quizá “2001: Odisea del espacio” de Kubrick. Efectivamente ambas son de ciencia ficción, y por supuesto de excelente factura, pero pasados los primeros cinco minutos de la película estos individuos entrarán en un sopor profundo más cercano al coma que al sueño. Ambos directores son tan contemplativos que por momentos no sabes si estás en una película o en una sesión de kundulini Yoga encontrándote con tu Yo interno que ya se durmió de la hueva. Después háganle preguntas como ¿Entendiste la dialéctica del mensaje que envía Tarkovsky cuando muestra que los personajes están siendo absorbidos por solaris? Pondrán una cara de “Por supuesto…” como para fotografiarla. Luego huyan porque no se vaya a querer poner a filosofar acerca de la profundidad de la vida y esas idioteces.

Para “El sexmachine de tingüindin

Inevitablemente todos tenemos un amigo calenturiento. Ya saben, ese que piensa que él inventó el Kamasutra y que es el mejor amante del mundo –Más bien habría que preguntarle a las afectadas. Seguro es eyaculador precoz- Así que es fan de las películas venenosotas, donde hay mucha carne y sexo, sexo, sexo. Pero dice que no ve porno porque es muy obvio¡¡¡¿?!!! Y aparte le gustan las películas “que tienen historia” ¡¡¡¿?!!!. Para este tipo de individuos es ideal mandarlo a ver las cintas de Carlos Reygadas ¡Es que son perfectas! Primero que vea “Japón” y si la abuelita haciendo cosas que avergonzarían a la mismísima Lyn May no lo desanima, es momento de recomendarle “Batalla en el cielo”. En esta peli hay una escena de cama con la que juras que nunca más en la vida volverás a tener una erección ¡Puaj! En verdad no entiendo que pasa por la cabeza de Reygadas cuando escribe sus guiones y me resulta un misterio del tercer milenio como le hace para conseguir sus actores que no son actores y los convence de hacer las cosas que hacen ¡Que susto! Pero bueno, su amigo “el calenturas” tendrá que decir que estuvieron chidas aunque algunas noches se despierte sudando y gritando por la horrenda gorda desnuda de “Batalla…”.

Para “El la familia es primero

Este hermoso ejemplar salido de los Burrón o del Brady Bunch ante todo cree en la familia -O lo que él cree de la familia- Es aquel individuo que todos los domingos se reúne en casa de su Jechu –jefecita chula para todos los que dicen que no saben que significa jechu- aunque alucine a sus carnales y quiera ahorcar de uno en uno a las pirañas que tiene por sobrinos. Aquel que no soporta a sus cuñadas, pero les sonríe y hasta las saluda de beso porque son las viejas de sus hermanos, y que cada reunión familiar desearía estar en cualquier otro lugar, menos ahí, donde inevitablemente acaba estando porque la familia tiene que estar unida. A éste hay que mandarlo a ver “La celebración” de Vintenberg o “Felicidad” de Solodonz para ver si por fin entiende que la familia nunca es lo que esperas, pero es la única que tienes, lo cual no te obliga a tener que verlos todos los fines de semana y mucho menos a tener que soportarlos. Siempre es bueno saber que no eres el último de tu tribu en el universo, pero tampoco es una ley de la vida andar siempre en manada. Además, después de todo igual y hasta le haces un bien, porque si en su familia no hay pedofilia, adulterio, incesto o una de las lindezas que salen en las películas, seguro se sentirá mejor ser humano.

Para “La liberada y dolida

De éstas también hay una en cada grupo de amigos. Y no hablo de todas aquellas mujeres inteligentes que llevan su discusión más allá de la igualdad –porque eso no debería estar a discusión- si no la que se siente heredera de las glorias de Lupita D’Alessio y Paquita la del barrio. Ya saben, aquella que todo su discurso es “duro y contra ellos”, pero que donde ponen el ojo ponen el padrote. Y se las pasan entre malos amores que las dejan jodidas –Y gastadas porque siempre les toca pagar las cuentas-, eso sí, siempre diciendo que ellas los dejaron porque no estaban a su nivel -¡Ja! Pero si todo el mundo gravita lo que quiere- A este extraño pero común caso hay que regalarles –No se las recomiendes ¡Regálaselas!- de ya “Bámbola” o “La pianista” para que vean a lo que pueden llegar las personas por no asentarse en la vida. Además, entre la loca que se enamora de su agresor y la enferma que le gusta que la maltraten se va a sentir reivindicada, al fin y al cabo ella sólo busca quien la administre, no quien se la acabe…Todavía.

Para “El Bruce Lee de los pueblos olvidados

En un ataque de honestidad diré que quizá éste es el más neto. A este tipo de personas lo que les encanta son aquellas películas donde hay patadas, trancazos, piquetes de ojo, trompones, hurracarranas, wilson, stilson y todos los guamazos posibles. Que brote la sangre en la misma cantidad que las estupideces de la boca de los políticos, y que no quede por desmembramientos, machucadas, fileteadas y destripamientos. Para este individuo no hay nada mejor que “Héroe”, la maravillosa película de Zhang Yimou, en la que por supuesto hay patadas, flechas y espadazos –Con espadas ¡¿OK?!- pero es una joya hecha por un verdadero artista visual –de quien debería aprender el sobrevaluado Ang Lee- … ¡Sólo que no le va a entender ni maíz! ¡Ni modo! Al Bruce Lee de los pueblos olvidados le gustan las cosas digeridas y “Héroe” es todo menos eso. Morirá de hastío porque no habrá, en su gusto, suficiente acción. Se va hacer bolas con la historia y el final le va a parecer terrible. Aténganse. Éste si se los va a decir y hasta reclamar. Pero aprovechen ese momento de reproche para recomendarle “La casa de las dagas voladoras” que es del mismo director. Está no solo no es buena, si no que es aburridísima, así que después tendrán que evitarlo por lo menos un año o dos si no quieren que practiquen con ustedes un par de patadas de jujitsu.

Para “El líder moral del club de optimismo de Villa Feliz

¡Qué horror! Quien no conoce uno así. Siempre está sonriente, nunca le pone mala cara a nada y su buen humor parece permanente. Son tan felices que después de tenerlos cerca unos tres minutos el estómago se te empieza a revolver. Los alucinas porque la felicidad no puede ser una forma de vida, es un estado de ánimo, y ellos se empeñan en mantenerse con la misma sonrisa estúpida todos los días. A esta cosa hay que llevarlo a ver “Rompiendo las olas” o “Bailando en la oscuridad”. Mejor las dos. Pero no se las recomiendes ¡Ve con ellos! ¡Réntaselas! O lo que sea necesario. Estas películas de Lars Von Trier son tan tristes, pero tan tristes, que si no sufre descubrirás que no es humano o tiene atrofiados los músculos de la cara. Cuando hayan acabado y estén sufriendo como pavo en navidad, háblenle de la política en México. Esa será la última estocada. Después de eso nunca más se atreverá a restregarles en la cara su aire de “¡qué feliz soy!”.

De hecho la lista se podría extender tanto como fuera necesario, porque siempre hay una película para maltratar a alguien, pero no se trata de eso –creo-, así que mejor vayan al cine a ver lo que les guste, digo, finalmente para gustos se hicieron los colores. Pero no olviden que siempre existirá alguien que se merezca las dos peores horas de un domingo sólo por pretencioso. Y si no les sale, por lo menos alguien pensará que saben mucho de cine sólo por ver películas que ellos no verían ni en drogas. Serán como los illuminatti del cine, aunque no lleguen ni a rotarios.